Casi 4 de cada 10 estudiantes argentinos de 6º grado (36%) se sienten discriminados en la escuela. Los motivos más frecuentes tienen que ver con el aspecto físico, los gustos e intereses personales y la orientación sexual o la identidad de género. También la vestimenta, las calificaciones y el lugar de nacimiento aparecen entre las razones que más mencionan los chicos. Existen grandes diferencias a lo largo y a lo ancho del país: hay provincias donde casi el 50 por ciento de los estudiantes afirma sentirse discriminado en la escuela.
El documento, elaborado por Mercedes Sidders, María Sol Alzú y Leire Sáenz Guillén, muestra que la discriminación y los conflictos entre compañeros no constituyen episodios aislados, sino que forman parte de la dinámica cotidiana en las escuelas argentinas. Entre otros datos, las autoras destacan que 6 de cada 10 alumnos (63%) dicen haber sido víctimas de alguna forma de agresión –mentiras, amenazas, daño o robo de pertenencias, golpes o insultos– por parte de sus pares, en la escuela o en redes sociales.
Más de la mitad de los estudiantes (56%) afirma haber presenciado situaciones de agresión entre compañeros durante el último año, y 3 de cada 10 (34%) reconocen haber agredido a un compañero. Por otro lado, el 56 por ciento manifestó haberse sentido excluido alguna vez, el 40 por ciento dijo haberse sentido incómodo o fuera de lugar, y el 36 por ciento señaló haberse sentido solo.
En referencia a las situaciones de discriminación en la escuela, el informe menciona una brecha significativa entre el sector estatal y el privado: 4 de cada 10 alumnos (42%) se han sentido discriminados en las escuelas públicas, mientras que la cifra desciende a la mitad en las privadas (21%). Las provincias con mayor proporción de estudiantes que afirman haber vivido situaciones de discriminación son Chaco (49%), Santiago del estero (46%) y La Rioja (45%), mientras que Tierra del Fuego (29%) y CABA (26%) tienen las cifras más bajas.
Claro que la experiencia escolar no se limita al conflicto y la exclusión. En ese mismo cuestionario, también hay datos que muestran que la escuela sigue siendo un lugar donde los chicos se sienten bien: el 99 por ciento de los alumnos declara tener amigas y amigos, el 94 por ciento se siente cómodo con el personal docente y no docente, y más del 90 por ciento considera que la escuela es un espacio donde se siente bien, contenido y acompañado.
El informe de Argentinos por la Educación citado por Infobae se refiere a algunas investigaciones que comprobaron el impacto del ambiente escolar en el rendimiento de los estudiantes. “El clima escolar no es un complemento, es el núcleo de toda experiencia educativa: define cómo se vinculan los estudiantes, cuánto confían en sí mismos y en los adultos que los rodean”, afirmó Paola Zabala, directora de la Comunidad Antibullying Argentina.
“Aunque muchos chicos dicen sentirse contenidos, un porcentaje significativo vive exclusión o discriminación y eso impacta directamente en su bienestar y aprendizaje”, señaló Pablo Mainer, fundador de Hablemos de Bullying y la Alianza Anti Bullying Argentina.
Más allá de las intervenciones escolares habituales –dialogar con los implicados, mandar notas, citar a las familias–, las autoras del informe hacen foco en la necesidad de que el trabajo sobre la convivencia y el clima escolar sea transversal y apunte a intervenir sobre las causas detrás de los episodios de discriminación y violencia. “Este tipo de situaciones no se resuelven con medidas aisladas: necesitamos un abordaje sistémico, que involucre a toda la comunidad educativa en todos sus ámbitos, que fortalezca vínculos y que implemente práctivcas prevenbtivas y reparadoras”, consideró Mainer.
El informe asegura que “un entorno escolar en el que predomina la colaboración, la convivencia respetuosa y la participación activa de la comunidad educativa favorece la motivación de los estudiantes y potencia sus logros académicos y personales”.