Los precios de los alimentos están valuados al tipo de cambio oficial, mientras que los de la vestimenta y calzado, electrónica y automóviles, al paralelo según señala un trabajo elaborado por consultora pxq. Posibles impactos de una devaluación sobre los distintos precios de la economía.
¿A qué tipo de cambio están fijados los precios de la economía argentina? ¿Al oficial o al paralelo? Esta es la pregunta que se formula un estudio realizado por la consultora pxq, un interrogante que resulta relevante a la hora de medir la magnitud con la que influye el tipo de cambio paralelo en la macroeconomía para así poder determinar qué impacto podría tener una eventual unificación cambiaria, basada principalmente en una devaluación del tipo de cambio oficial.
“No hay que olvidar que en 2015 se afirmaba que los precios ya estaban al tipo de cambio paralelo y luego de la unificación se comprobó que la realidad distaba mucho de ser así, al duplicarse la tasa de inflación”, advierte la consultora que dirige Emanuel Álvarez Agis.
El paper compara los precios locales con los internacionales. En el caso de los automóviles se verifica que el precio actual en dólares oficiales está 68% por encima del precio promedio observado entre diciembre de 2016 y abril de 2018, mientras que valuados a dólar paralelo se ubican 13% por debajo.
De esta forma toma cuerpo la hipótesis de que el precio de los autos se encuentra determinado por el tipo de cambio paralelo y no por el oficial. Tomando en cuenta que las importaciones de autopartes funcionan al tipo de cambio oficial, esta hipótesis también permite dar cuenta del crecimiento de los márgenes en todos los eslabones de la cadena producción y comercialización de vehículos.
Si se repite el análisis para el resto de los bienes, la misma conclusión podría tener lugar en los casos de indumentaria, calzado y medicamentos (aunque no necesariamente para todos los eslabones de las respectivas cadenas productivas), pero no para alimentos, equipamiento y mantenimiento del hogar y aparatos electrónicos.
El estudio realiza una comparación entre el precio de diferentes bienes en Argentina medidos en dólar oficial y en dólar paralelo versus el precio de esos mismos bienes en otros países. En particular se relevan precios de Brasil, Chile, Uruguay, México y Estados Unidos. En base a esta comparación, se identifican tres tipos de casos.
Por un lado, hay un conjunto de bienes cuyo precio medido al oficial está en línea con el observado en el resto de los países analizados, o incluso por debajo. Dentro de este conjunto de bienes están los alimentos. Salvo algunas excepciones, se observa que el precio de los alimentos es similar al de otros comparables y aún en los casos en que el precio local supera al internacional, la diferencia es baja.
En el otro extremo está la indumentaria y el calzado, cuyo precio medido al paralelo es similar al del promedio de los países de la muestra, al igual que algunos productos de tecnología y los autos de gama alta.
En un escalón intermedio están algunos productos tecnológicos como celulares que se ensamblan localmente y autos de gama baja, los cuales, si bien están por encima del precio comparable medido al oficial, no llegan a estar al paralelo.
Historia
La consultora complementa el análisis con una evaluación de la dinámica histórica de los precios locales y también en comparación con los internacionales. Desde esta perspectiva, si bien los precios de alimentos en Argentina están más altos que en la media histórica al oficial, esto parece estar explicado por la dinámica global (por caso, la guerra en Ucrania) y en términos relativos siguen baratos en la comparación internacional medidos en dólares oficiales.
En un extremo tenemos el caso de los vehículos, donde se observa que los precios medidos al oficial crecieron 82% desde diciembre de 2019 y están 62% por encima del período 2016-18. Al tipo de cambio paralelo también crecieron desde diciembre 2019 (+18%) y se ubican tan solo 15% por debajo del período 2016-18.
Si bien no se pueden comparar precios medios, se puede mirar la evolución del precio de vehículos nuevos dentro del índice de precios de EEUU para tener una idea de dinámica de precios internacional.
Entre diciembre de 2019 y abril de 2023 este índice aumentó 22%, muy por debajo de lo que aumentó el precio local medido al tipo de cambio oficial.
El análisis de los precios de la indumentaria y el calzado arroja un resultado similar: los precios medidos a dólar oficial aumentaron 15% en el caso de prendas de vestir y 32% para calzado en comparación al período 2016-18 y aumentaron 81% y 68%, respectivamente, desde diciembre de 2019, muy por encima de la evolución del precio de la indumentaria a nivel internacional.
Lo mismo se puede decir de los precios de productos medicinales. En el caso de equipamiento y mantenimiento del hogar y equipos audiovisuales y de procesamiento de información la conclusión no es tan evidente. Si bien desde diciembre de 2019 los precios medidos al oficial aumentaron entre 35% y 40%, el nivel actual de precios es similar al del lapso 2016-8 y medido al paralelo están 45% debajo de aquel período.
Unificación
Dada esta situación de precios, la consultora pxq se interroga ¿qué podría pasar ante una eventual unificación del mercado cambiario que implique una devaluación del oficial?
Aunque el precio de los alimentos – que explican casi 30% del total del índice de precios al consumidor- es elevado en términos históricos medidos a dólar oficial, esto parece ser consecuencia de una dinámica internacional y no de que el princing de ese sector se realice al paralelo. Los precios están en línea con el de los alimentos en otros países de la región y ante un salto en el tipo de cambio oficial se verían directamente afectados.
En el caso de los automóviles gama alta, indumentaria y calzado, tanto la foto del precio en comparación con otros países, como la película que refleja la dinámica de la historia reciente, parecen mostrar que el princing tiene más que ver con el dólar paralelo. Con productos medicinales se observa algo similar
¿Esto quiere decir que ante una unificación no se verían afectados? La consultora pxq sostiene que no, pero considera que el traspaso a precios de la devaluación debería ser menor que en el rubro de alimentos.
Por último, hay un grupo de bienes electrónicos y equipamiento para el hogar cuyo precio parece elevado en dólares oficiales, pero no es tan evidente que su princing sea directamente al paralelo. En este caso se podría argumentar que una eventual unificación los afectaría menos que a alimentos, pero más que a automóviles, indumentaria y medicamentos.
En conclusión, y a trazo grueso, la consultora de Álvarez Agis señala que los precios de los alimentos están al tipo de cambio oficial, mientras que los de la vestimenta y calzado, electrónica y automóviles, al paralelo. Teniendo en cuenta esto, podría pensarse que el grado de traspaso de una devaluación del tipo de cambio oficial a los precios será menor en la medida que algunos precios “ya están al tipo de cambio paralelo”.
No obstante, observa que la pregunta relevante es en qué medida impactaría una devaluación. Analizando la composición del índice de precios al consumidor (IPC), se puede determinar que cerca del 19% del indicador tiene una dinámica que está más relacionada con el tipo de cambio paralelo que el oficial, mientras que el 30% del índice (mayormente alimentos y bebidas) está vinculado a las variaciones del tipo de cambio oficial (el restante 51% son servicios, cuya dinámica en principio no depende del tipo de cambio).
Esto quiere decir que, si se devaluara el tipo de cambio oficial, el 30% del IPC sufriría un traspaso de la devaluación a precios, mientras que un 19% podría no verse afectado.
Pensando solo en los efectos de primera vuelta de una unificación cambiaria, se calcula, en consecuencia, que una devaluación del tipo de cambio oficial de 100% implicaría una aceleración de la inflación de 20 puntos porcentuales.
Fuente – Ambito Por Liliana Franco