Este primer sábado de julio celebramos el Día Internacional del Cooperativismo, una fecha que trasciende a quienes forman parte de cooperativas: es un recordatorio para toda la sociedad de que existe un modelo económico, social y cultural basado en la ayuda mutua, la solidaridad y la gestión democrática, capaz de transformar realidades.
Cooperar para adaptarnos y mitigar
Las cooperativas no son sólo vehículos de desarrollo económico inclusivo: son espacios donde se puede impulsar el cuidado ambiental, la gestión responsable del territorio y la adaptación ante fenómenos climáticos que ya no son futuros, sino presentes.
Desde promover prácticas agroecológicas hasta organizar redes de consumo local, pasando por proyectos de educación ambiental o de infraestructura comunitaria, el cooperativismo ofrece soluciones que reducen vulnerabilidades y preparan a nuestras localidades frente a amenazas crecientes.
Innovar desde lo público y lo colectivo
Desde la Gestión e Innovación Pública,se advierte el enorme potencial de articular políticas públicas con el movimiento cooperativo. Porque los desafíos del siglo XXI ;cambio climático, pobreza, desigualdad, exclusión ; exigen respuestas que sean participativas, sostenibles y con foco en el bien común.
Allí donde el mercado o el Estado no llegan con suficiente fuerza, las cooperativas pueden generar sinergias valiosas, orientadas a garantizar derechos, oportunidades y entornos más seguros.
Un llamado al compromiso
Este Día Internacional del Cooperativismo es una oportunidad para reconocer, fortalecer y difundir este modelo, pero también para asumir nuestra cuota de responsabilidad en un contexto local donde el riesgo ambiental es tangible.
Cooperar no es solo un verbo: es una estrategia vital para enfrentar amenazas, adaptarnos a los cambios y no dejar a nadie atrás. En Concordia y en tantas otras comunidades, el cooperativismo puede y debe ser parte de la respuesta.
Lic. Ayala Augusto
Tco. Superior en Cooperativismo y Mutualismo
Posgrado en Gestión de Riesgo
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