A horas del cierre de las alianzas, la coalición oficialista confirmó que cambiará de denominación para competir en las elecciones nacionales mientras termina de dirimir su conformación interna.
A horas del tiempo límite para presentar los frentes que competirán en las elecciones nacionales, el peronismo confirmó oficialmente que dejará de llamarse Frente de Todos. La nueva denominación elegida por los líderes del espacio es Unión por la Patria.
La decisión se terminó de cerrar en las últimas horas después de múltiples reuniones y una serie de focus group para determinar si el nombre tenía aceptación en la gente. Finalmente, se inclinaron por una opción que viene a resaltar la unidad del espacio político, que está fragmentado después de tres años de una interna interminable, pero que intenta cerrar las heridas condicionados por el tiempo electoral.
Es también un guiño a los gobernadores peronistas, que vienen pidiendo que la fórmula presidencial tenga carácter federal y que haya lugar en el armado para dirigentes del interior del país. En la mesa de negoción más chica entendieron que los mandatarios tenían que tener alguna representación y la palabra “Patria” agranda el espectro político.
Algunas horas después de la publicación de Infobae, desde el kirchnerismo publicaron la nueva cuenta de Twitter de “Unión por la Patria” con mensaje: “Nuestro país está frente a una encrucijada histórica. Tenemos una oportunidad única para poner a la Argentina en una senda de crecimiento económico con inclusión social. Para que el crecimiento sirva al desarrollo argentino y, fundamentalmente, a mejorar la calidad de vida de cada uno de nuestros compatriotas”.
“Pero sabemos lo que tenemos enfrente. Quienes protagonizaron los gobiernos de De la Rúa y Mauricio Macri pretenden volver hoy con las mismas recetas pero de manera más rápida y contundente. Recetas que nos llevaron al 2001 y al retorno del FMI en el 2018, luego de que Néstor Kirchner, en el 2005, pagara la histórica deuda con ese organismo recuperando para la Argentina el timón de su economía”, siguió el mensaje.
La unidad del nuevo nombre es lo que vienen reclamando la mayoría de los dirigentes del oficialismo. Sergio Massa, el Frente Renovador, los gobernadores y la CGT pidieron explícitamente que el peronismo se una detrás de una sola candidatura y que deje las internas de lado. Quieren bajar las PASO pero por ahora no lo consiguen.
“Debemos Unirnos por el bien del País, por los derechos de los trabajadores y plenamente conscientes que cuando el peronismo fue unido ganó las elecciones”, fue el mensaje que publicó la central obrera en la tarde de ayer. El último fin de semana el ministro de Economía se había expresado en la misma sintonía. “Creo que el mejor camino para mostrarle a los argentinos es la unidad”, indicó.
El escenario no parece estar planteado para que sea de esa forma. Incluso, según aseguran en el peronismo, lo más probable es que se termine en unas PASO, más allá de la discusión de fondo sobre los avales, la integración de las listas y los pisos del sistema d’hondt. De todas formas, a esta altura del proceso electoral no hay demasiadas certezas. Es lógico.
En los últimos días hubo dudas sobre si cambiar o no el nombre del frente, porque en algunas encuestas aparecía midiendo más que la mayoría de los candidatos virtuales o concretos que tiene el peronismo. Consideraban que el sello estaba instalado y podía terminar siendo competitivo.
Ayer se había terminado de definir que de la marca iba a salir la palabra “Todos”, que estaba anclada en la estrategia electoral del 2019 y que ya estaba completamente desgastada. Sobre todo por el impacto de la crisis política interna y las dificultades de la gestión económica. La decisión se terminó de confirmar hoy.
En el peronismo entienden que es momento de refrescar la simbología política y tratar de dejar sepultado el frente que los llevó al poder después de cuatro años donde el espacio político se fragmentó completamente. Ahora resta terminar de definir los partidos que integrarán la nueva alianza y que deben inscribirse antes de la medianoche.
Por estas horas la negociación es extremadamente tensa y compleja. No hay acuerdo en el piso del sistema de integración de candidatos y el fuego cruzado entre La Cámpora y el sciolismo es feroz. Daniel Scioli siente que le quieren boicotear la candidatura y en la agrupación de Máximo Kirchner aseguran que no tienen intención de bloquearlo, y que todo se encamina a que haya una PASO.
“Se están victimizando y mintiendo. Nosotros no estamos haciendo nada para bloquear la candidatura de Scioli”, aseguraron en La Cámpora, donde se mostraron muy molestos con el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández porque consideran que “habla sin saber”. El funcionario nacional anticipó la posibilidad de recurrir a la Justicia en el caso de que la agrupación quiera imponer las condiciones del reglamento electoral.
Un funcionario nacional del camporismo fue explícito y muy crítico. “A Aníbal le falta información porque no forma parte de ninguna charla. Dice anibaladas”, sentenció. Y agregó: “Nosotros no les corremos el arco cuando van a patear. Si están buscando una excusa para no jugar, es otro problema”.
Por estas horas las negociaciones las llevan adelante Máximo Kirchner y Gerónimo Ustarroz, apoderado del kirchnerismo, y Alberto Pérez, Aníbal Fernández y Victoria Tolosa Paz, del sciolismo. De hecho la ministra de Desarrollo Social estuvo reunida con Máximo durante la tarde de ayer.
Otro dirigente fuerte de La Cámpora fue aún más duro con el sciolismo. “Dejen de mentir. No son perseguidos políticos”, afirmo. En la agrupación ultra K niegan que la inclusión del Partido del Trabajo y la Equidad, referenciado en Alberto Fernández, haya estado en discusión como trascendió en las últimas jornadas de rosca política y negociaciones cruzadas.
El punto de conflicto sigue siendo el piso del sistema d’hondt. La Cámpora exige que sea del 40% y que ingrese el primer diputado de la minoría a partir del puesto 11, mientras que el sciolismo reclama que el piso sea del 20 o 25%. En ambas partes dan a entender que el punto de acuerdo podría ser el 30%. Al menos, parece haber luz al final del camino.
infobae